con ellos se pierde la fe




Con ellos se pierde la fe, pero tú siempre la encuentras y me la traes de vuelta. Envuelta en papel de charol rojo, blandita, brillante, se queda a mi lado unos días.

A veces se esconde y la encuentro, metida entre sus juguetes, o en nuestra cama, o entre los libros de las estanterías blancas del comedor (ya soy experta en adivinarlo).

Pero entonces, todavía,

cuando nos bombardean, otra vez, con los pedruscos de angustia y de rabia y de miedo y nos rompen los cristales y nos llenan la casa de ruido, ella se asusta y sale disparada por las ventanas. Normal.

Desaparece.
Se esfuma.
Y yo me quedo sola rodeada de cristales rotos, intentando no llorar.

Hasta que tú, al rato, vuelves con ella entre las manos mientras yo acabo de recoger los escombros.

*Foto del blog Marea de emociones