EN MI MUNDO



En mi mundo la gente se arroja por las ventanas porque los señores que mandan los echan de sus casas para tapiarlas y dejarlas morir, como a sus habitantes.

En mi mundo los señores que mandan se quedan con las casas de la gente y las acumulan. Codicia amparada por ley. Grandes montañas de casas vacías están devorando el país. En un tiempo posiblemente moriremos aplastados por ellas. Pero lo importante es cumplir la ley. Y pagar, siempre. Respirar es secundario.

En mi mundo lo más importante es el dinero, la persona no vale mucho.

La importancia de la persona es equivalente al valor de sus bienes  -así hablarían ellos, los que mandan, con su rectísimo lenguaje económico-. Así que una vida no vale nada si su deuda no se puede pagar.

Lo mejor de todo es que en mi mundo esas casas se quedan vacías. Paredes y suelos habitables inhabitados convertidos en raciones de montañas de avaricia. Estamos rodeados de hogares muertos, de cadáveres putrefactos de yeso y cemento. Y lo peor de todo es que ya nos estamos acostumbrando a ello. ¿No notáis el olor a podrido?

A los señores que mandan se les ha olvidado lo que son y lo que hacen aquí, o sea, en el Planeta Tierra. Creo que no saben nada del amor. Creo que no saben en qué consiste la vida. Pero también creo que intentar explicárselo es tiempo perdido. Con ellos se pierde la fe.

*Foto del espectáculo "Nubes", del equipo de Arcadanza.