CREANDO VIDA (CREANDO MUERTE)


Me gustan las fotos de mujeres embarazadas. Me gustan las mujeres embarazadas. Lo que son. Lo que están haciendo. Lo que están creando.

Me gusta mucho esta foto. Me encanta que la barriga no sea perfecta. Que sus formas no sean suaves. Que la tripa parezca estar aplastada por su propia pierna. Me gusta que la mujer sea pálida como la nieve (como el fondo, del que apenas se diferencia), que los pezones sean del mismo color que su pelo. Es una foto bicolor. Blanco y naranja. Me gusta ver al bebé a través de una piel transparente y me gusta que ella, ya madre, nos haga callar para que no despertemos a ese trozo de piel y huesos que tiene clavado en las entrañas.

Hay quien dice que las mujeres, al parir, abrimos el camino del sufrimiento y cerramos el del descanso. Otros creen que la paz en el mundo empieza en el vientre de la madre. Es la bipolaridad propia de las grandes cosas, de las grandes hazañas, de las grandes películas, de las grandes obras.

Foto de David del Val

UNA SOMBRA SIN NOMBRE


Un cuerpo negro se guarda del Sol bajo un árbol que no da sombra. Al fondo su casa, un pequeño iglú de paja y barro, y el cielo. Nada más. Un árbol, una casa, una nube. Un cuerpo que yace solo esperando. El olvido. La muerte.

Un coche pasa, le deja unos sobres de comida deshidratada y se marcha. El cuerpo vuelve a quedarse solo. Llegará la noche. Volverá a hacerse de día. Y así infinitamente. Hasta que, una mañana, el amanecer nos enseñe el cuerpo tumbado bajo el árbol tras una noche en que ya no pudo moverse para volver a casa.

Entonces el árbol esquelético por fin podrá alimentarse del cuerpo negro. La espera acaba. La sombra muere. El olvido vence.


*Foto de Xavi Herrero