ADIÓS, HASTA SIEMPRE, GRACIAS

Es lo único que se me ocurre decirles a los grandes que nos están dejando. La semana pasada se esfumó Antonio Vega, anteayer Benedetti y hace ya unos meses Pepe Rubianes. ¿Por qué se van? ¿No han encontrado el secreto de la inmortalidad? Creía que los inmortales no morían, pero se ve que sí. Y poco a poco nos vamos quedando solitos. Es como cuando se mueren tus abuelos o algún tío o algún amigo de tus padres o incluso algún amigo tuyo. Sientes que de tu infancia ya no queda nada, solo tus recuerdos. De tu adolescencia y primera juventud (porque el resto de la vida son juventudes sucesivas) quedan más cosas, pero algunas, como éstas, se van perdiendo por el camino y los pilares de tu vida van perdiendo consistencia.

Gracias a nuestroseñortodopoderoso, al que aludo tan a menudo, estos tres grandes que se han ido y otros que ya se marcharon hace tiempo, nos han dejado un montón de palabras en el aire. Escritas, cantadas y recitadas. Poemas, relatos, canciones, ironía, imágenes, sobre todo belleza, mucha belleza.

Pero además de todas esas palabras tenemos la suerte de que aún nos quedan un montón de cosas más, así que no tenemos por qué ponernos tristes. “Nos queda el mar y buen pescado que comer a tu lado. Nos queda Oaxaca, San Pedro y amigos que no nos quieren cambiar. Nos quedan canciones que alegran los corazones y nos queda Santo Domingo si nos dejan volver”. Son palabras de otro grande, a ver si adivináis quien es.

También nos queda Leonard Cohen, Murakami y Pamuk. Y Andrés (Calamaro) y Loriga y otros tantos. Nos queda la playa, el chocolate y señoritos y señoritas por conocer. Nos quedan los buenos libros en un asiento incómodo de metro, un batido frío bajo el sol de la tarde y largos paseos en bicicleta. Nos quedan los cuentos de algún amigo. Nos quedan un motón de abrazos y millones de besos.

Nos quedan tantas cosas… Él también lo vio.


¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar
abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar

¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan
abrir puertas entre el corazón propio y el ajeno
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente

Mario Benedetti - 18/05/09