alejándome de ti
asumo que no hay distancia
lo suficientemente ancha
para lograr que dejes de existir
omnipresente en todos los minutos
apareces y desapareces
como una exhalación,
soplando mi nuca desnuda
en cualquier callejón,
en cada portal,
en todo momento
recordándome que no te vas a ir
eres aliento de aire gélido
arrastrando el sosiego
que tanto me costó ganar
tantas veces he acabado contigo,
tantas horas te he lanzando al olvido,
tanto tiempo he intentado
arrinconarte
esconderte
taparte
desaparecerte
pero nunca te vas
y a menudo vuelves
y siempre
- estás -
- estás -
*Imagen del cuadro Golconda, de René Magritte (1953).