ESQUINAS DOBLADAS

La mayoría de los libros que he leído tienen algunas esquinas de sus hojas dobladas. Unos están llenos llenos de dobladillos y otros no tienen ninguno. Cuando decido doblar una página es porque he encontrado algo. ¡Eureka! Una frase o un párrafo extraordinarios. Puede ser una pregunta, un diálogo o una reflexión. Suele ser para mí algo fascinante que me ha hecho sonreír, sorprenderme, tener ganas de llorar. Y entonces entiendo que es por ese tipo de hallazgos por los que sigo leyendo. Son mis joyas. Las tengo todas subrayadas, y las más brillantes las anoto en un cuaderno. Coger ese cuaderno y releerlas todas es una experiencia muy recomendable, especialmente cuando se está un poco triste y uno no sabe muy bien por qué las cosas van como van.

Ayer me acabé un libro: Ya solo habla de amor, de Ray Loriga. Éste ha acabado con cuatro o cinco dobladillos, cosa que no está nada mal teniendo en cuenta su grosor -175 páginas-. A veces hay libros gordísimos en los que no consigo encontrar nada. Pero de éste hay una joyita que quiero compartir con vosotros. Es una de las dos descripciones de mujer más bonitas que he leído en mi vida (en mi cuaderno está la otra):


"Mónica es preciosa, ya está dicho, y no camina sin su propio daño, pero de alguna manera su coraje navega más deprisa que su mala suerte, cosa que a él le admira, y en sus enormes ojos negros existe la promesa de cosas mejores, cosas que ella misma se promete y promete a quien quiera escucharla, y es dueña de una fiereza que primero ofende y asusta pero que, intuye él, también consuela y arropa, y es mujer de hacer cosas, sin por ello dejar de sentirlas, y tiene ahora, en este territorio de lo imaginado en el que él todavía se mueve, la capacidad de sobrevivir y de contar con lo mejor de sí misma como aliado, cuando él, a día de hoy, ha contado casi siempre con lo mejor de él como enemigo, de ahí que no sea tan extraño que la quiera, ni sea casualidad ni capricho que la quiera tanto."