en una mañana de
tormenta
dejé un pendiente
caído en tu cama
-ahora escúchame y
haz lo que te digo-
recógelo
ponlo en el mismo
centro de tu mano
y cierra el puño
duerme con él
traspásale tu calor
-ese que me lleva a la
fiebre cada vez que me tocas-
todo el amor
-ese que me regalas,
intermitente, en este tiempo fastlove-
también la energía,
la blanca
-esa que te inunda
por dentro y rebosa
a tu paso por donde quiera que flotes-
y cuando me lo
devuelvas
y cuelgue otra vez de
mi lóbulo izquierdo
seguro que suelta
destellos de luz
lucirá diferente
porque tendrá todo el
brillo
de haber dormido en
tus manos
* Imagen de La joven de la perla, de Johannes Vermeer.
* Imagen de La joven de la perla, de Johannes Vermeer.