cuando no haber existido
era la única forma de haberse salvado,
descubrió la red invisible
que mantenía el orden intacto
estaba tejida de luces y formas,
raíces profundas y afectos pequeños,
intuiciones doradas,
tensiones,
palabras no dichas,
un gran amasijo de sueños estrechos
cuando sobraban la piel, las venas, los
huesos,
se arrancó los ojos para dejar de ver
y ver -así- la vida al completo
*Imagen de una pintura de Alexandra
Levasseur.