EL FUGITIVO DE SIEMPRE

El otro día me compré el nuevo cd de Bunbury. Me esperaba un viaje largo en dirección a un lugar muy triste y pensé que escucharlo por el camino me haría sentir mejor. No me equivoqué. Para mí escucharle, siempre, es como estar en casa. Es que la música de Bunbury no se puede querer a medias, ni tampoco se la puede odiar a medias. O la adoras o la detestas. No tiene término medio. Es pura, extrema.

Su voz es extraña, sus letras extraordinarias, las melodías que crea bien podrían ser la banda sonora de tu mejor sueño o retumbar en los rincones de tu peor pesadilla –es lo que me pasa con el disco homenaje que le hizo a Panero, el poeta maldito-. Esa provocación provocada, continua, esa imagen modelada en pozos de medio mundo, esos ojos de perdido, hacen de él un artista único.

Siempre que compro un cd pienso que en algún momento dejará de gustarme. Que, como me ha pasado con otros artistas, algún día se estancará y dejará de crecer conmigo. Pero con él todavía no me ha pasado y en este último disco he encontrado una joya de esas escasean, una canción que por más que la escuches de no deja de ponerte lo pelos de punta, Aquí.

El aragonés errante, que ha escrito a Lady Blue y a Carmen Jones, el Teseo de la breve Alicia, el que pidió un rescate desde la plaza de armas de un lugar cualquiera y tiene sed de ilusiones infinitas, es ahora el fugitivo de siempre, el hombre delgado que no flaqueará jamás. Más Bunbury del bueno, de ese que dice que “todo es horrible o terriblemente bello”, igual que sus canciones.

Fragmento de la pequeña joya (con música se multiplica el efecto):

AQUÍ ESTÁ EL FUGITIVO DE SIEMPRE
AQUÍ LA ETERNIDAD, QUE FUE UN INSTANTE
AQUÍ, DONDE NINGUNO DE VOSOTROS SE ATREVE
AQUÍ, NUESTROS BESOS COMUNICANTES

AQUÍ NO HAY NADIE A QUIEN SEGUIR
AQUÍ QUE NADIE ES UN HUÉSPED FIJO
AQUÍ SIGO VIVIENDO BIEN SIN MÍ
AQUÍ SOLO QUIERO ESTAR CONTIGO

AQUÍ, SEGURO DE HACER LO INCORRECTO
AQUÍ, PORQUE NO HAY SUFICIENTES PRUEBAS
AQUÍ, COMO UN INVÁLIDO EN EL DESIERTO
AQUÍ ME QUEDO, AQUÍ CON ELLA